domingo, 2 de abril de 2017

Reseña: Frankenstein de Mary Shelley

¡Muy buenas a todos! Aquí andamos de nuevo, esta vez para traeros uno de los clásicos más famosos de todos los tiempos: Frankenstein de Mary Shelley, al que le he dado 5 estrellazas en Goodreads. Si quieres saber el motivo de tan alta nota no te muevas de donde estás porque ¡empezamos con el análisis!




Bueno, como siempre digo con estos libros, si no has oído hablar de ellos, o no has visto alguna de sus adaptaciones visuales, es que vives debajo de una piedra. Frankenstein es uno de los referentes de la literatura gótica y de terror por excelencia, y da igual los años que pasen que siempre habrá alguna película, serie, etc. que le rinda culto de una manera u otra.

En este caso, yo me enteré hace relativamente poco, de que existía la serie Penny Dreadful, en la que están representados varios clásicos del terror, entre ellos esta novela, así que me impuse que antes de verla debía realizar la lectura de la obra original, la cual llevaba demasiado tiempo en mi lista de lecturas pendientes. Me puse a ello en cuanto acabé el libro que tenía empezado en ese momento, y devoré sus páginas en menos de una semana. Sobra decir que me encantó de principio a fin.


La historia como bien sabréis, va de un marinero que navegando por los inhóspitos mares del norte, se encuentra con un hombre maltrecho al que recoge en su barco, y escucha atónito la terrible historia que le cuenta el forastero sobre su desgraciada vida.

Este era por supuesto, Victor Frankenstein. El creador de la criatura más terrible que haya conocido el mundo en su totalidad, pero no adelantemos acontecimientos, comencemos por el principio.

Resulta que Victor, era ya un apasionado de la filosofía natural antes incluso de irse a la universidad. Residente en Ginebra y procedente de una familia acaudalada que la formaban; una madre que murió muy joven, su padre, sus dos hermanos menores llamados Ernest, y Willian, y su “prima” Elizabeth (que no es tal en realidad, porque la adoptaron cuando era pequeña, pero la tratan de prima/sobrina por la cercanía que les procesa).

El joven Frankenstein como he dicho antes, ya tenía unas metas en la vida de lo más ambiciosas, las cuales no tardó en llevarlas a cabo una vez que estuvo ya en sus estudios superiores lejos de su familia, y con todo el tiempo del mundo dedicado a sus investigaciones. El resultado de estos estudios os lo podéis imaginar, fueron todo un éxito y a la vez un desastre para la vida de nuestro investigador. De ellos salió la criatura más terrible que hayamos visto nunca, y lo peor es que estaba tan viva, y activa, que en cuanto Victor salió corriendo al ver el monstruo que había creado, esta aprovechó su soledad para escapar, dejando la incertidumbre de donde estaría por una temporada que el muchacho siguió en la universidad.

Después de un tiempecito donde vemos al pobre Frankenstein totalmente afligido por el horrible ser que había creado, llega su amigo Clerval al lugar de su residencia para ver como estaba, angustiado por no saber nada de él durante muchísimo tiempo. Juntos pasan el rato en la universidad ultimando los preparativos para que Victor vuelva a Ginebra, hasta que una fatídica carta le hace partir con más premura. Resulta que en su ausencia, el hermano pequeño de Victor, Willian, ha sido asesinado. Se culpa a una muchacha que vivió con ellos una temporada llamada Justine, la cual se llevaba hasta entonces muy bien con la familia, así que Victor al enterarse de la noticia se teme lo peor. Que Justine fuese injustamente acusada, y que en realidad quien hubiese acabado con la vida de su hermano hubiese sido la terrible criatura que el mismo había creado.

Aquí quiero hacer un inciso para explicar que, en estos precisos momentos de la novela, sé que si yo no hubiera conocido la historia de antemano, pensaría que Frankenstein está un poco ido de la cabeza, y por ello se imagina cosas que no son, porque en realidad, solo él suele ver a la criatura, y en estos momentos, menos cuando creyó verla vagando por Ginebra de una manera más de soslayo que de otra cosa, llevaba sin saber de ella años, por lo que su deducción es fruto más de su tormento que de otra cosa.


Bueno, siguiendo con el relato podemos decir que, al enterarse de dicha desgracia, Victor parte de inmediato hacia su hogar, y allí sus sospechas se hacen realidad. A Justine le habían tendido una trampa, y estaba acusada injustamente de un crimen que ella no había cometido. Al enterarse, Frankenstein intenta hacer todo lo posible por librarla de la muerte que obtendrá por parte de la resolución del juicio, pero no lo consigue, y Justine acaba pagando el precio de un asesinato que no cometió.

Este es el punto donde nuestro protagonista hundido por la desgracia acaba encontrándose con la criatura a la que el mismo dio vida. Esta le confiesa que fue él quien mató a su hermano y culpabilizó a la pobre muchacha, pero que lo había hecho en venganza porque hasta su creador rehuía de él, y se sentía por ello, muy solo y desdichado.

En este momento, a lo largo de varios capítulos el monstruo abandera el protagonismo de esta historia para relatarnos como aprendió a moverse por el mundo, y como en el camino, a todo aquel que se acercaba le trataba horriblemente mal, saliendo muy mal parado en varias ocasiones, en donde incluso el pobre monstruo había pasado meses planeando el acercamiento para tener por fin amigos, y no sentirse tan solo en este mundo.

Como de estos desencuentros solo obtuvo más que desgracias, el monstruo le propone a Frankenstein que cree un semejante a él del sexo opuesto, para no estar tan solo y desdichado nunca más. A cambio él promete no volver a hacer daño a nadie en la vida, añadiendo que dejará de rondar a su creador como lo estaba haciendo hasta ahora, yéndose con su compañera a los solitarios confines del mundo, donde dejarán de existir para el resto de la humanidad.

He aquí el principal dilema que tiene que soportar Frankenstein en el resto del libro. Si crea a otro ser se librará del monstruo para siempre, y jamás tendrá que preocuparse por su existencia. Sin embargo si no lo hace, tendrá que acarrear con que seguirá haciéndole la vida imposible a él y a sus allegados, los cuales ya han sido víctimas de su enfado. Además cabe la posibilidad de que el monstruo le esté engañando, o que algo salga mal y su compañera no resulte ser de su agrado, con el aliciente también de que lanzar un monstruo más del estilo al mundo le parece al hombre un tremendo crimen. En fin, después de darle muchas vueltas, Victor acaba accediendo para evitar males mayores, yéndose a los confines más alejados del mundo (tengo que destacar que en la familia Frankenstein son un poco Leonardo Dicaprio en el lobo de Wall Street, y se meten unos superviajes derrochones que el resto de los mortales solo podemos admirar con envida) para crear de nuevo a un engendro similar, pero como era de esperar, dichos planes se tuercen, dándole a Victor la condena de sobrellevar la más amarga de las vidas.


Hasta aquí voy a decir que no quiero destriparos más de lo necesario, tan solo quiero añadir que, acostumbrada a que me pase esto, yo voy contracorriente en la opinión popular de que el monstruo es quien tiene que llevarse el cariño del lector. A mí personalmente el monstruo me cae francamente mal. El que si me cae en gracia sin embargo, es el pobre Frankenstein, que encima de ser un colega de profesión y de ciudad postiza, es él quien más sufre por un error que cometió en la juventud.

Esto ha sido todo por el momento. Espero que os haya gustado la reseña, y que le deis una oportunidad a la novela, si no se la habéis dado ya, porque realmente merece la pena.

Nos vemos en la próxima entrega con Sorry de Zoran Drvenkar. Hasta entonces sed buenos y leed mucho.

Se despide de vosotros.
La bibliotecaria de Dunwich

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